PASADO MAÑANA: un salto cuántico del pasado al futuro
El tercer álbum del músico, poeta y productor argentino Galean nos sumerge en un viaje hacia la añoranza del pasado y el acogimiento del futuro como una invitación a vivir el aquí y el ahora.
Compuesto a fines del 2019 y principios del 2020, con tres adelantos lanzados en la primera mitad del año (“Oval”, “Ave Atonal” y “Sube a la Nube”) que nos fueron preparando para conocer sus memorias del futuro, Galean nos presenta finalmente “Pasado Mañana”, su última producción compuesta por 8 temas junto a grandes colaboraciones como Esmeralda Escalante, Candelaria Zamar, Juan Mango, Darío Jalfin y un bonus track imperdible.
Si hay algo que nos sorprendió desde que llegó a nosotros esta propuesta fue su poesía y el poder de sus letras, así como la increíble capacidad de la voz de Galean de transportarnos a diversas realidades, cual portal onírico. Por eso, no podíamos dejar de compartir nuestras impresiones y nuestra propia interpretación de cada canción de este imprescindible disco.
‘Ave Atonal’: tema que nos da la bienvenida a este viaje y que nos ubica en un escenario ambientado por sonidos tenues de guitarras y baterías acústicas acompañadas inicialmente por la voz de un Galean decidido a explorar lo desconocido. Conforme avanza la canción, Esmeralda llega para darle un contraste de orden y esperanza y con “El viento puso todo en su lugar, por eso solo queda tararear”, que marca nuevamente la entrada de la voz de Galean, logran una armonía cálida y acogedora entre ambas voces. “Y si la suerte nos va a encontrar, el día es pura armonía” nos anuncia un final en el que ambos cantautores se vuelven uno, abriendo un portal hacia la siguiente canción.
‘Oval’: basta escuchar los primeros segundos de esta canción para sentirnos atrapados por un espiral sonoro que de a pocos se apodera de nuestro subconsciente a través de las melodías de los sintes que nos transportan a un espacio-tiempo lleno de sensaciones en el que reinan la confusión y el caos. Pareciera un lugar sin salida; sin embargo, conforme avanza el tema en una intensidad envolvente, de pronto un silencio inmutable nos sorprende seguido de la frase: “todo se acomoda en los brazos del silencio y el ocaso”, que transmite calma y gatilla nuestra salida del estado de inercia y resistencia al que nos habíamos acostumbrado a lo largo del track finalizando con nuestra partida y aterrizaje hacia otra dimensión.
‘Laberinto’: nos sorprende un sonido que se asemeja al rechinar de una puerta y, con un ingreso un poco accidentado, aterrizamos en un laberinto mitológico: “Yo te quise encontrar, estabas con el minotauro. Y al querer escapar, el hilo nos fue enredando” nos remonta al mito griego de Teseo y el hilo de Ariadna, así como al sentimiento trágico de la vida: “Viendo la cruz del sur. Vernos evaporar.” Un solo de guitarra se torna en el protagonista y narrador de la travesía en busca de la salida a través de sus armonías que se terminan por mimetizar con los sintes que nos convierten en testigos de una ardua y larga marcha que finalmente nos da señales del hallazgo de la salida del laberinto: “Al salir del lugar, el sol estaba esperando vernos evaporar buscando nuestro propio mito”.
‘Sube a la Nube’: esta colaboración con Cande Zamar nos trae de vuelta a la realidad, pero a la vez nos invita a conectar con nosotros mismos. “No te resistas más. Ante las cosas que vienen y que van, que tiene que pasar” es una sutil llamada a abrazar nuestro interior y escuchar a nuestro corazón cuando las cosas parecen inciertas. “Sube a la nube cuando quieras abrazar abismos. Cuando quieras claridad de mente la vida hablará”: un rayito de luz y esperanza ante días aparentemente grises.
‘Ahora’: “Ahora que lo conocimos todo veo que la paz no fue real. Tal vez porque las cosas no se dicen así nomás”. Este es quizás el tema del que se desprende el nombre del disco y brinda una dirección hacia el encuentro del pasado y el futuro, dando como resultado la experiencia de un presente más claro capaz de emocionarnos. “Soledad como arena fina. Te filtras soledad amiga”, frase seguida por un solo de saxo optimista y nostálgico que teje un puente entre ambos tiempos solapando uno con otro y marcando una transición al final del disco.
‘No Mentías’: melodías que hablan por sí solas y nos sumergen en una escena llena de verdad, vacilación y melancolía dándonos acceso a un lado mucho más vulnerable de Galean. “No mentías cuando me decías loco. Entendélo esto no va más.[…] Algún día hola va a ser chau”: es un anuncio determinante e irrevocable de que el final de este viaje está cada vez más cerca.
‘Todavía’: “Hoy que el viento te voló de la tierra prometida. No sabés que vas a hacer con la piedra en el zapato que todavía espera” nos envuelve en una sensación de penitencia e incertidumbre que se desvanece de a pocos, pero que pone en evidencia la extensión y complejidad de un intento más por encontrar la verdadera salida: “Todavía espera a la primavera.. Todavía lleva a la verdadera”.
‘Orquestadas Soledades’: una sesión orgánica a piano y voz con la participación especial de Darío Jalfin, quien logra construir a través de cada nota una visita guiada por los recuerdos de Galean. Suena “Creo haberme despertado de una siesta eterna. […] Yo que cada tanto me transformo y me defino nuevamente.” y nos sitúa en la fase final que no es más que una retrospectiva a cada versión y estado de sí mismo orquestada por un sonido puro e hipnótico que sabe aprovechar la narración de esta historia.
[Bonus Track]: un remix con un toque techno y electro pop de PRNA con el que Oval cobra tal energía y optimismo como una extraordinaria forma de celebrar el nacimiento de este impresionante álbum que nos ha permitido disfrutar de diferentes texturas y sonidos pero sobretodo de innumerables versiones de Galean.
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